mujer joven tosiendo con una carretera de fondo
Salud familiar e infantil

En qué afecta la contaminación a nuestra salud

¿ En qué afecta la contaminación a nuestra salud? La polución del aire altera nuestro organismo de diferentes formas. Por ejemplo, cambia y perjudica a nuestro sistema inmune, produce fatiga e irritación de mucosas, tos constante… y puede llegar a causar asma, bronquitis, enfermedades cardiovasculares y hasta diversos tipos de cáncer por la exposición a sustancias contaminantes.

  1. Algunos datos sobre la contaminación que no sabías

    Estos son algunos datos de la contaminación que probablemente no conocías:  

    • La contaminación del aire es el principal riesgo ambiental.  
    • También influyen otros factores como los contaminantes del agua de consumo, la contaminación interior (por ejemplo, la exposición pasiva al humo del tabaco) o de compuestos orgánicos y sustancias químicas.  
    • En 2016 cerca de 7 millones de muertes prematuras fueron consecuencia de la contaminación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas muertes fueron resultado sobre todo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares como consecuencia de la polución del aire. 
    • La exposición a la contaminación atmosférica tiene consecuencias muy variadas: enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, mayor riesgo de enfermedades cerebrales y respiratorias… 
    • Los principales afectados por la contaminación son los niños, las personas mayores y las mujeres embarazadas, así como trabajadores (exposición ocupacional por el tipo de trabajo que se realiza) y los enfermos crónicos. 
    • Puede existir diferentes tipos de contaminación en el propio hogar.. 
    • El uso de combustibles fósiles es la principal causa de contaminación del aire. 
    • En los últimos años, de forma anual 1,3 millones de personas pierden la vida por efectos secundarios de la contaminación. 
    • Las personas que residen en ciudades son más propensas a padecer enfermedades cardiacas, tener problemas respiratorios, alergias…
  2. La OMS sobre la contaminación y la calidad del aire

    Según la OMS “la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas como la neumonía y crónicas, como el cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares”. 

    También la organización ha marcado unas directrices sobre la calidad del aire en la que se especifica los problemas secundarios de la contaminación. Para ello tiene en cuenta la media de concentración anual de material particulado que queda suspendido en el aire.

  3. Los principales agentes contaminantes del aire

    Hay muchos agentes contaminantes en el aire, los principales son: el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el ozono. 

    Estos son, principalmente, consecuencia de las emisiones de gases contaminantes producidos por el transporte, la industria, la radiación, las calefacciones, los aerosoles, las refinerías y el incendio de los bosques. 

    Todos estos gases contaminantes están compuestos por partículas en suspensión, que son las que producen la polución que nos enferma y afectan a la calidad del aire. Las partículas en suspensión se denominan también PM. 

    Hay diferentes tipos de PM pero mayormente se componen de: sulfatos, nitratos, carbón, polvo de minerales, amoníaco… y por supuesto, los principales agentes contaminantes comentados anteriormente. 

    atasco de coches en ciudad con muchos gases

    Las partículas en suspensión además de diferenciarse por sus componentes, se diferencian también por su tamaño, que tiene gran relevancia, ya que dependiendo de esto podrán penetrar más fácilmente en nuestros hogares, ropa, organismo, mascarillas… 

    Principalmente se encuentran las PM10 que son partículas con un diámetro inferior a 10 µm y por otro lado, las partículas PM2.5 que tienen un diámetro aerodinámico inferior a 2,5 µm. Es decir, son considerablemente más pequeñas y por tanto más peligrosas pues pueden penetrar más fácilmente en nuestro organismo. 

    Por suerte, en los últimos años los gobiernos de diferentes países del mundo y continentes han mejorado y aumentado el control de los factores contaminantes. Por ejemplo, han usado leyes más restrictivas y rígidas. No obstante, esto sigue siendo insuficiente y la mayor parte de los objetivos de las agendas 2030 y 2050 parecen muy lejanos.

  4. Consecuencias de la contaminación sobre nuestra salud

    Las consecuencias sobre la salud podrían tardar mucho en detectarse, en algunos casos incluso años o décadas. Sin embargo, hay muchas otras que pueden aparecer a los meses de experimentar un aumento en la contaminación del aire. Por ejemplo, son síntomas que presentan las personas tras mudarse a entornos más contaminados de las grandes ciudades. 

    El inconveniente es que estos síntomas también pueden aparecer, por ejemplo, por un estilo de vida estresante, por padecer ansiedad o por dormir de forma insuficiente. Por tanto, muchas personas desconocen que el origen está en la contaminación; para ello se necesita una mayor concienciación. 

    Algunos de ellos son: la fatiga, la irritación de ojos y mucosas y el dolor de cabeza. 

    Con el paso de los meses y de los años los efectos se agravan. Es normal que tras algunos años sufriendo las consecuencias de la contaminación, aparezcan daños en el aparato reproductor, daños en el sistema nervioso, en el hígado y hasta en el bazo. 

    Por supuesto, esto empeora la calidad de vida de las personas que empiezan a padecer los síntomas. 

    Por otro lado, tampoco hay que olvidar que la contaminación del aire y el aumento de sus temperaturas están íntimamente relacionados. Por lo tanto, se podría decir que una buena parte de muertes por aumento de las temperaturas, (como el exceso de mortalidad que aparece durante las olas de calor) son también consecuencia de la contaminación del aire. 

    Asimismo, este aumento de las temperaturas afecta a la salud de las personas de una forma indirecta, ya que el calor fomenta la proliferación de microbios que en determinados casos pueden ser mortales.  

    Enfermedades más graves consecuencia de la contaminación 

    Ahora ya lo sabes, el aumento de las temperaturas, las olas de calor y la proliferación de microbios en determinadas zonas son también unas de las consecuencias más letales de la contaminación y polución del aire. Estas aumentan notablemente la mortalidad. 

    Pero hay otras enfermedades que son consecuencia directa de la contaminación y que son igualmente peligrosas.  

    Muchas empiezan solo con tos, flemas constantes, y una respiración conocida como sibilante, es decir, que es sonora, aunque la persona está despierta y es plenamente consciente. A esto sigue usualmente y en pocos años, dificultad para respirar, opresión en el pecho y finalmente una falta de aire considerable. Esto es causado por el estrechamiento de las vías respiratorias y el aumento de enfermedades respiratorias, así como una mayor susceptibilidad a estas. 

    Usualmente aparecen en personas que ya estaban en situación de riesgo o que por su estilo de vida o condiciones genéticas tenían más probabilidades de padecerlo. La contaminación puede acelerar su llegada y su aparición en casos que quizá iban a permanecer siempre latentes. 

    Mujer joven apretándose el pecho por dolor

    Pero las enfermedades respiratorias como el asma y el cáncer de pulmón no son las únicas enfermedades derivadas de la polución y la contaminación del aire. 

    De hecho, es muy común que la polución aumente el número de personas que se ven afectadas por enfermedades de las arterias coronarias y que, por tanto, tienen problemas de tensión y son más proclives a sufrir infartos de corazón. 

    También puede ocurrir que el corazón no reciba suficiente sangre y se produzca una enfermedad de las arterias coronarias, y que se tengan ritmos cardíacos anormales, es decir, cuando el corazón late demasiado rápido o demasiado lento.  

    Y es posible padecer una insuficiencia cardiaca o insuficiencia cardiaca congestiva, que es el causante directo de los infartos del corazón. 

    Todas estas enfermedades cardiovasculares y respiratorias son consecuencia de la contaminación del aire. 

    La OMS y otras organizaciones las señalan como principales consecuencias de la contaminación: infartos de miocardio, insuficiencias cardíacas, desarrollo del cáncer, ictus isquémicos, alteraciones en el sistema inmune, problemas dermatológicos, alergias oculares, cutáneas… e incluso el aumento de linfomas. 

    ¿A quiénes afecta la contaminación? 

    La contaminación afecta en la actualidad a todas las personas que viven en ciudades o se encuentran cercanas a grandes urbes. Es decir, la mayoría de la población occidental. No obstante, algunas personas se pueden ver más afectadas por las consecuencias de la contaminación. Por ejemplo, los niños, las personas mayores, las mujeres embarazadas y sobre todo, las personas con enfermedades respiratorias o del corazón previas.  

    También las personas con bajos recursos son las más afectadas por la contaminación. principalmente por contar con condiciones sanitarias más precarias y por consiguiente con menos probabilidades de detectar a tiempo algunas enfermedades causadas por la polución. Las personas con trabajos expuestos a agentes contaminantes o las personas que usan combustibles sólidos como fuente de energía doméstica son otro grupo de riesgo.  

    A pesar de que está probado que la contaminación empeora la salud cardiovascular y respiratoria, es importante destacar también que para la población general la contaminación no influye tanto como el estilo de vida de cada persona. Por ejemplo, una persona que vive en una gran ciudad y lleva una vida muy sana estará mejor de salud que alguien que vive en un pequeño pueblo pero en cambio no se cuida nada.

  5. Conclusión

    La contaminación afecta a todo el planeta y en concreto a aquellas personas que viven en las grandes urbes o en entornos industriales. Actualmente la contaminación es una de las principales causas de mortalidad y causa enfermedades graves de forma directa o asociada, como los ataques de corazón y el cáncer de pulmón.

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