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Descubre si la neumonía es contagiosa y qué hacer para prevenir esta enfermedad

Médico revisando una radiografía de un paciente con neumonía.

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La neumonía es una enfermedad respiratoria que afecta a millones de personas en todo el mundo cada año. La OMS resalta que se trata de una enfermedad muy grave, que tan solo en el año 2017 fue responsable de la muerte de más de 808.000 niños menores de 5 años.

A pesar de la incidencia que tiene, muchas personas no saben bien de qué se trata esta enfermedad y no tienen claro si la neumonía es contagiosa. Podemos decir claramente que sí, la neumonía es contagiosa, y en este artículo queremos explicar cuáles son sus causas, qué tratamientos se suelen recomendar, y qué medidas se pueden tomar para su prevención.

También te recomendamos leer nuestro artículo sobre la bronconeumonía en niños y bebés, como información para la prevención de su contagio en personas de temprana edad. 

¿Qué causa la neumonía?

La neumonía es una enfermedad que, según Mayo Clinic, se caracteriza por inflamar los sacos aéreos de uno o ambos pulmones, y que puede ser causada por una variedad de microorganismos, incluidos bacterias, virus y hongos.

Cada tipo de neumonía tiene diferentes factores de riesgo y mecanismos de transmisión, lo que hace que comprender las causas específicas sea fundamental para el diagnóstico y el tratamiento. Veamos cuáles son algunas de sus principales causas, y qué diferencias existen entre la neumonía bacteriana, viral y fúngica.

También está relacionada con la saturación de oxígeno, tienes disponible un post donde hablamos más en detalle de esta afección en el enlace anterior.

Bacterias

La neumonía bacteriana es una de las formas más comunes y graves de esta enfermedad. Generalmente es causada por bacterias como el Streptococcus pneumoniae, también conocido como neumococo, que es el responsable de la mayoría de los casos de neumonía bacteriana.

La American Lung Association resalta que este tipo de neumonía afecta al menos a 900.000 personas en los Estados Unidos cada año.

Este tipo de neumonía se puede presentar por sí sola, o desarrollarse después de haber tenido el virus de la gripe o influenza estacional. Además, está asociada a otras bacterias como la Mycoplasma pneumoniae, la Chlamydophila pneumoniae, y la Legionella pneumophila.

La incidencia de la neumonía a causa de estas últimas bacterias es mucho menor, y los síntomas que se presentan suelen ser diferentes a la del neumococo.

Virus

Los virus también son una causa significativa de neumonía, y a menudo son responsables de los casos que afectan a niños pequeños y personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Entre los virus que comúnmente causan neumonía se incluyen el virus de la influenza, el virus respiratorio sincitial (VRS), los adenovirus, y más recientemente, el coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19.

En el artículo de la American Lung Association que ya mencionamos, también se señala que este tipo de virus es muy peligroso, y que en algunos casos la neumonía que se desarrolla por el virus de la influenza puede llegar a ser mortal.

Hongos

Los hongos son una causa menos común de neumonía, pero pueden ser especialmente peligrosos para personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellos con VIH/SIDA, pacientes en tratamiento con quimioterapia, o personas que han recibido trasplantes de órganos. Para más información, consulta nuestro post sobre el tratamiento del VIH.

La neumonía fúngica puede ser causada por una variedad de hongos, y su incidencia puede estar influenciada por factores geográficos y ambientales. Algunos de los hongos asociados a esta enfermedad en los Estados Unidos son: Coccidioidomycosis, Histoplasmosis y Cryptococcus

¿Cómo se contagia la neumonía?

La neumonía es una enfermedad puede propagarse por algunas de las bacterias, virus y hongos que comentamos antes. La neumonía bacteriana, por ejemplo, es altamente contagiosa y puede propagarse a través del contacto cercano con una persona infectada

De manera general, podemos decir que la transmisión ocurre cuando las personas infectadas tosen, estornudan o hablan, ya que al hacerlo envían estos agentes contagiosos al aire. Con menos frecuencia puede ocurrir a través de un objeto que esté infectado, aunque también es la causa de una buena parte de los casos de neumonía.

La neumonía fúngica es la única que no se transmite de persona a persona, ya que se produce al inhalar esporas fúngicas presentes en el aire, especialmente en áreas donde estos hongos son comunes, como en suelos contaminados con excrementos de aves o murciélagos. 

Hombre que sufre de neumonía.

Factores de riesgo para la neumonía

El National Institutes of Health habla sobre la neumonía, y explica que existen algunos factores de riesgo que pueden influir en el contagio de la enfermedad. Es decir, las personas se pueden contagiar con más facilidad y experimentar algunas complicaciones si cumplen con ciertas características.

Estos factores pueden ser de naturaleza médica, demográfica, ambiental y conductual. Los más comunes son:

  • Edad: Los niños pequeños (especialmente menores de dos años) y las personas mayores de 65 años, tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía.
  • Enfermedades crónicas: Las personas con enfermedades crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía.
  • Estilo de vida: Ciertos hábitos y estilos de vida también pueden aumentar el riesgo de neumonía. Seguir una serie de hábitos de vida saludables como los que hemos desarrollado en el enlace anterior puede disminuir significativamente los riesgos de sufrir esa enfermedad.

Es importante tomar esto en cuenta, sobre todo para tomar medidas preventivas y evitar que las personas más vulnerables a esta enfermedad se contagien. 

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Síntomas comunes de la neumonía

La neumonía es una infección pulmonar que puede presentar una amplia variedad de síntomas, dependiendo del tipo de microorganismo causante, la gravedad de la infección y la salud general del paciente.

Los síntomas pueden variar desde leves hasta severos y pueden desarrollarse rápidamente o de manera gradual. Según la Cleveland Clinic, estos son algunos de los síntomas más comunes:

  • Fiebre de más de 40 grados Celsius.
  • Tos con mucosidad amarilla, verde o con sangre.
  • Fatiga.
  • Dolor de pecho y abdomen, especialmente al momento de toser o respirar.
  • Pérdida del apetito.

En el caso de la neumonía viral, también se pueden presentar algunos síntomas como dolor de cabeza y dolor muscular. Estos síntomas suelen ser más intensos en los niños pequeños y en los adultos de más de 65 años de edad. 

¿Cómo se diagnóstica la neumonía?

El diagnóstico de la neumonía se realiza a través de una evaluación clínica, dentro de la que se practican diferentes pruebas de laboratorio. Dado que los síntomas de la neumonía pueden superponerse con los de otras infecciones respiratorias y enfermedades pulmonares, es necesario hacer un diagnóstico temprano para evitar complicaciones e iniciar el tratamiento correspondiente.

Según el National Heart, Lung and Blood Institute, si un especialista considera que la persona tiene neumonía, realiza un diagnóstico con pruebas de rayos X para verificar si hay inflamación en los pulmones; y un hemograma completo para saber si han aumentado los niveles de glóbulos blanco, neutrófilos o linfocitos

Tratamientos disponibles para la neumonía

El tratamiento de la neumonía varía según la causa subyacente de la infección, la gravedad de los síntomas y los factores individuales del paciente, como la edad y el estado de salud general.

El tratamiento de la neumonía se centra en eliminar la infección, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. Para ello, se pueden utilizar antibióticos, antivirales y antifúngicos, dependiendo del tipo de neumonía que se trate.

En casos graves de neumonía, especialmente en personas mayores, aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos o aquellos con complicaciones como derrame pleural o insuficiencia respiratoria, es posible que sea necesaria una hospitalización y supervisión médica constante. 

Mujer que sufre de neumonía.

¿Existe alguna vacuna contra la neumonía?

Sí, existe una vacuna contra la neumonía, y es recomendable que las personas que están en riesgo de padecer esta enfermedad se apliquen una dosis. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, esta vacuna, conocida como Vacuna antineumocócica, se la deberían aplicar los niños pequeños, los adultos mayores de 65 y las personas con factores de riesgo como una enfermedad crónica.

La vacunación rutinaria, especialmente en la infancia y en grupos de alto riesgo, es una estrategia efectiva para reducir la incidencia de la enfermedad, prevenir complicaciones graves y salvar vidas. Precisamente por eso, esta vacuna forma parte del calendario de vacunación de varios países. 

Medidas para prevenir la transmisión de la neumonía

La neumonía puede tener consecuencias graves, por lo que es crucial tomar medidas para evitar su propagación. Si bien la vacunación es una estrategia importante en la prevención de la neumonía, no es la única medida disponible.

Existen varios métodos efectivos que pueden ayudar a reducir el riesgo de contraer y transmitir esta enfermedad respiratoria. A continuación, te comentamos cuáles son algunas de ellas. 

Evitar el contacto con personas que tengan la enfermedad

Una de las medidas más efectivas para prevenir la transmisión de la neumonía es evitar el contacto cercano con personas que tienen la enfermedad. Recordemos que la neumonía es contagiosa, por lo que es posible que se transmita de una persona a otra.

Es importante ser consciente de los síntomas de la enfermedad y tomar precauciones al interactuar con personas enfermas.

Asegurar una buena ventilación en espacios cerrados

Una ventilación adecuada ayuda a dispersar las partículas respiratorias que pueden contener agentes infecciosos, como bacterias, virus y hongos, y reduce la concentración de estos patógenos en el aire interior.

La circulación del aire interior y crear un ambiente más seguro y saludable para todos los ocupantes, sobre todo si se sospecha de alguien tiene alguna enfermedad que se pueda contagiar, como es el caso de la neumonía.

Mantener un estilo de vida saludable  

La Cleveland Clinic señala que hay algunas estrategias muy efectivas para evitar el contagio de neumonía, y resalta que dentro de ellas las más importantes tienen que ver con el estilo de vida.

Si bien la neumonía es contagiosa, no todas las personas que están expuestas a los patógenos que la generan se contagian. Tener unos hábitos alimenticios saludables, realizar ejercicio de forma regular, y evitar el consumo de tabaco y de alcohol puede hacer una diferencia importante.